Me hacen gracia algunas comparaciones que suelo escuchar, aunque la de ayer de un profesor comparando a Teresa de Calcuta con Obama se llevó la palma. Y en cierta medida me viene bien la comparación para escribir lo que tenía en la cabeza y no sabía cómo darle forma.
Si Teresa de Calcuta viviese y pudiese desplazarse a Haití, estoy seguro de que hubiese muerto de cansancio intentando salvar al máximo número de personas (y personitas). Y aquí tenemos a nuestro premio Nobel de la paz...que manda 15.000 soldados (y 5.000 en camino) a empobrecer más a quien no tiene.
Los mass media, por supuesto, dan la visión humanitaria del asunto y criminalizan a quienes "roban una gallina para comer". Resulta que, lo que todo el mundo aceptaría y haría por sus hijos, lo estamos criminalizando. pero si todo está debastado y los supermercados están demolidos, ¿qué más les da que se lleven lo que quieran? Interés económico: podemos dejar que se busquen el alimento...o podemos dejarlos que mueran de hambre hasta que acepten nuestra ocupación, y entonces los alimentaremos. Mientras, una bala por cada lata de conservas (y la ONU repartiendo alimentos caducados...).
Ya me lo estoy viendo; Obama cual Bush, diciendo que van a extraer petróleo para pagar la reconstrucción del país. ¿Soy un mal pensado? Pues no se, pero hoy han empezado a desalojar a todos los periodistas no estadounidenses del aeropuerto de Haití, y si quieren que piense que es por su seguridad...lo han bordado. Cuando el río suena...
Pero nada, dejémosles actuar, no nos manifestemos ni opongamos al imperialismo...si al fin y al cabo es, como decía Edward Denison, "la satisfecha ignorancia de las verdaderas causas de nuestro desarreglo económico" (Moix, 1991: 377)
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