martes, 27 de abril de 2010

Impregnación de sentimientos

¿Alguna vez te has preguntado por qué un lugar, un objeto, un animal...te produce ciertas sensaciones, ya sean positivas o desagradables?

Cuando alguien muere, cuando perdemos a una pareja, cuando algo nos sale mal...siempre hay algo por ahí enmedio que nos hace recordar y, por mucho que sepamos que es algo inerte o irracional, no podemos evitar sentir. Eso es debido a que los seres humanos vivimos por medio de símbolos; le damos significados a cosas que, aunque no puedan sentir ni darnos su calor, tienen algo que nos reconforta.

Una habitación de alguien que ha muerto, nos impone respeto, cariño, dolor...y es una simple habitación. Un objeto que nos regala alguien que ha sido importante para nosotros, por muy barato que sea y por muchas existencias que haya en la tienda, si se nos rompe, no se puede sustituir. Una fecha, que al fin y al cabo es tiempo, y el tiempo pasa y no se vuelve a repetir ("nunca te bañarás dos veces en el mismo río"), nos produce nostalgia. Las supersticiones son otra de las causas de todo ésto: pensamos que si, por ejemplo, un 14 de abril nos encontramos un billete de 50 euros, al año siguiente, en esa misma fecha, pasará algo parecido. O si ayer al pasar por al lado de la farola nº 34 de mi calle una chica me miró y sonrió, seguramente cuando pase de nuevo, volverá a sonreirme.

¿Por qué ese pensamiento de que la vida es circular? ¿Qué o quién nos hace pensar así? Nosotros mismos. Aunque seamos seres racionales, siempre nos queda un halo de irracionalidad como valvula de escape; esa "bendita locura", ese "ello" del que hablaba Freud y que nos reconforta con pensamientos que a veces no tienen sentido, pero nosotros se lo damos, y no es fácil borrarlo. Si es positivo, ¿para qué borrarlo? Pero si nos desagrada...ay de nosotros, que sin un buen proceso de duelo, no podremos separarnos de nuestro sufrimiento, y no precisamente borrándolo, sino dándole la vuelta y sacando lo bueno de ello.

Cuando días atrás estuve en el VIII Congreso de Escuelas de Trabajo Social en Gijón, me he traído varios sentimientos colgados. Por una parte, la fraternidad y la amistad creada, tanto entre alumnos como ente ciudadanos; pero por la otra...siempre había algo en la entrada de la Universidad Laboral que me hacía agachar la cabeza...e incluso le hice una foto:


En este caso, si no se aplica la ley 52/2007 de memoria histórica, tendremos que acostumbrarnos a vivir con ese aguilucho, y esquivando que no se nos cague encima...porque no podría sacarle la parte buena.

Así pues, disfrutemos de nuestras vetas de irracionalidad positiva, gocemos de nuestra locura, desarrollemos nuestro sexto sentido para presentir los sentimientos (me ha salido una aliteración) impregnados en todo. Pero no nos excedamos y volvamos a la realidad en su justo momento, que todavía no hemos aprendido a sobrevivir de ilusiones.

http://www.youtube.com/watch?v=oTLX7h54jIg

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó la frase que me pusiste al final.
Bonito blgo!
Muá, y gracias por seguirme :)

Lou. dijo...

Muchas sensacione, no sé como podemos sentir tanto en tan poco tiempo, si se lo contaramos a alguien desconocido de este planeta se asombraría y a la vez le encantaría :)
múa.

Irene dijo...

Muy buen texto y muy cierto! Me ha gustado muchísimo.

El mundo lo pintamos demasiado gris como para no ponerle el toque de color de al pasar "por la farola nº34" y demás.
Somos felices con nada pero nos conformamos con poco.

Diario de nuestros pensamientos dijo...

Vaya.. muchas gracias por tu comentario en mi blog. Siempre es de agradecer cuando te dicen que tus textos son de "calidad"
Si es verdad que muchos escritos son un poco "desesperanzadores" pero todo lo que escribo es lo que reflejan mis sentimientos.

Por cierto... tu tb escribes muy bien, aunq no se cual es la tematica concreta de tu blog.

Besos y gracias

Diario de nuestros pensamientos dijo...

a por cierto.. "practicante de trabajo social"?
yo soy educadora social.... algo tenemos en común