viernes, 11 de noviembre de 2011

Y gané a la Administración

Cuántas veces te an dicho en una oficina de la administración (sea cual sea): "no, ya no se puede hacer nada".

Ahí es donde empezó mi periplo para votar por correos. Como debía irme a Madrid a estudiar, el día 6 de octubre pedí en la oficina de Correos de Dos Hermanas toda la documentación, esperando que me llegase el sobre antes de irme. Llega el día 25, a 3 días de mi mudanza, y nada. En Correos me dicen que la documentación no llega hasta después del 30 de octubre, y que hay que recogerla personalmente. Así que si estoy en Madrid en esa fecha, no hay nada que hacer.

El día 28 de octubre llego a Navalcarnero, un pueblecito entre Madrid y Toledo, que es donde me quedaría en una pensión hasta encontrar piso. Voy a la oficina de Correos de allí y me dicen que si hago una nueva solicitud alegando que he tenido que mudarme de comunidad autónoma, alomejor me la renvían a una nueva dirección. Pero que tenga pocas esperanzas.

Tras una semana viviendo en Móstoles, sin rastro de mi beca y rechazándome todos los curriculums entregados, tengo que volverme el día 6 de noviembre. El día 7 llega a Móstoles mi voto por correo. ¿Pero no decían que tuviese pocas esperanzas, que me llegaría al domicilio de la primera solicitud? Pues nada, me llego de nuevo a la oficina de Dos Hermanas a exponer mi caso, y me dicen que ya seguro que no hay nada que hacer, que mi voto está perdido.

La cabezonería me caracteriza, así que llamo a las oficinas centrales de Correos y les escribo un e-mail. Me dicen que con mi número de referencia del voto, puedo pedir el reenvío. Resulta que eso no lo ha hecho nunca nadie aquí, o se han dado por vencido demasiado pronto, porque ni los responsables de la oficina sabían qué hacer. Les llevo la respuesta por e-mail impresa, junto a mi documentación. Hoy me ha llegado el sobre electoral y HE VOTADO.

Sí, he sido muy porculero, pero tampoco he tenido culpa. La cuestión es que no me he dado por vencido y he investigado por mi cuenta para que, algo tan simple como un reenvío postal, no se convirtiese en un imposible. Por eso os animo a no daros por vencido ante cosas así, porque ni ellos mismos conocen su funcionamiento interno, y con un NO se quitan los problemas muy rápido.

PD: Si todo el mundo se esforzase lo que me he esforzado yo para no perder mi derecho a voto, la democracia funcionaría de verdad.

                                

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