martes, 14 de diciembre de 2010

Talando voy, talando vengo...

No voy a decir mucho; últimamente prefiero que juzguéis más por imágenes. Tampoco voy a echarle la culpa a nadie en concreto.

Hoy, cuando he salido de mi casa, me ha parecido escuchar un coro de motosierras (hubiese preferido un coro de campanilleros, que viene más a la época). Han empezado a talar los naranjos que le daban identidad al barrio de Ibarburu. Se acabaron las primaveras con olor a azahar, para dar paso al perfume de los tubos de escape. Es lo que pasa cuando en cada casa hay un coche por habitante.

Mi calle, por suerte, todavía sin talar

Calle Zorzaleña (a 50 metros de mi calle). Vean la diferencia

Zona de la Calle Rapazalla en proceso de tala 

 Zona de la Calle Rapazalla talada
¡Welcome, carbon-dioxide!

1 comentario:

Irene dijo...

La verdad es que es una pena. Aquí en Palma por suerte cada vez plantan más y la única sierra que se oye es cuando los podan un poco.