domingo, 8 de enero de 2012

El Factor C


Como siempre, en época de exámenes, hago alguna reflexión que me parece curiosa sobre uno de los temas que estoy estudiando. Hace unos días terminé, con mi compañera Sara, un trabajo de la asignatura "Antropología de las Sociedades Iberoamericanas Contemporáneas" que tenemos en la Complutense de Madrid, e iba sobre una práctica chilena llamada "Ollas comunes".

Este fenómeno trata de paliar situaciones de hambruna en épocas de catástrofes o crisis poniendo en común los alimentos y cocinándolos a grandes escalas para un número considerable de población. Lo más característico es que es llevado a cabo, casi íntegramente, por mujeres. Éstas, poco a poco, se dan cuenta de que pueden montar un negocio cooperativo y a la vez haciendo una buena labor. Aquí es donde entra en juego la llamada "Economía de Solidaridad" (término acuñado por el sociólogo y filósofo Luís Razeto).

La Economía de Solidaridad se sustenta en el llamado Factor C, donde entran el Compañerismo, la Cooperación, la Comunidad, el Comercio en conjunto, e incluso el llamado "factor Cristo".

Cuando esas Ollas Comunes se convierten en empresas de economía solidaria, no prima la ganancia, sino la labor social, pues la mano de obra es personal considerado improductivo: amas de casa, personas mayores, personas desempleadas...Cumplen la labor social de intregración social y pertenencia a un grupo. Además, las herramientas utilizadas son las ya consideradas obsoletas por las empresas de "economía formal", por lo que tampoco tienen que invertir tanto en maquinaria.  Aunque claro, para montar una empresa, por muy solidaria que sea, se necesita un crédito, y un banco no te va a avalar eso. Tienen que utilizar cooperativas de crédito, más fiables y con menos intereses.

Aquí, por supuesto, no serían muy reentables con nuestra mentalidad mercantilista, pero Latinoamérica es diferente. Aunque éste ejemplo es de Chile, es bien conocido el de McDonald en Bolivia, que tuvo que cerrar porque las empanadas tradicionales les hacían frente. Poco a poco...quién sabe si recapacitamos e imitamos.

(Siento no poder hacer un análisis más profundo, pero la economía no es mi fuerte)


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