jueves, 6 de febrero de 2014

El agua milagrosa

Hasta no hace mucho, cuando las arcas del país vivían en ese estado catatónico de superávit, lo habitual era ver a nuestros mayores irse en tropa a los viajes del IMSERSO a muchos de los balnearios que ubican no muy lejos de nuestros territorios. Por poner un ejemplo relativamente cercano, filas de autobuses colapsaban la travesía de Lanjarón, en plenas alpujarras granadinas, para licuarse por dentro con aguas ferrosas, sulfatosas, calcificantes...y a saber qué más. Oye, no pongo en duda su efectividad eh, que aunque yo sea un pobre becario explotado, por lo menos me pude permitir llenar una garrafa de 5 litros de una fuente del pueblo y me sentó de escándalo.

Otro tipo de agua milagrosa, el de la playa, aunque para hacerlo un poco más atractivo terapeuticamente, le llamaremos "talasoterapia". Tampoco tiene mucho misterio; te vas a la playa, te das varios baños, y "cuando sientas que te escuece, es que te está curando". O eso nos decían de pequeños.

Ahora, cada vez hay menos financiación para el IMSERSO, han recortado las pensiones, han re-re-re-rebajado los salarios, y encontrar un trabajo que te dé para vivir e ir unos días a la playa...eso para el privilegiado "ochocientoseurista". Hoy en día, el agua que más milagro hace es la del grifo:

-¿Que lo estás pasando mal y no llegas a fin de mes? No importa, al cartón de leche, que de por sí trae ya un tanto por ciento de agua, tú le pones tres cuartos de litro, y por lo menos dos vasitos más te hacen.

- Al champú y al gel de baño, cuando están ya a menos de la mitad, le echas un poco de agua mientras te duchas, lo remueves bien, y por lo menos para 15 duchas más te da.

-Al puchero, ya sabes, si tenía que echarle dos litros de agua, esta vez que sean tres, un puñadito más de sal, y ya tienes para una semana comiendo arroz con caldo, fideos con caldo, garbanzos con caldo, pan migado en caldo, y un vasito de caldo bebido para el dolor de garganta con estos fríos que se nos vienen.

Así es. Una gran parte de la población vive ya así; intentan tirar como pueden, intentan no utilizar bancos de alimentos por el estigma que les puede suponer, y viven el día a día como "bueno, algún día tendremos que salir de ésto, y mientras no nos falte la salud...".

¿Y las familias que ya no tienen acceso a ese agua, como han visto, más multiplicadora de comida que Cristo con los panes y los peces? Pues nada, que se encomienden a la virgen del Rocío y a Santa Teresa de Jesús, que ese es el remedio del gobierno para todo.

Mi propuesta es otra, pero seguro que si la explicito tal y como la pienso me cuelgan un neón de "RADICAL". Y tal y como están las cosas con la próxima "ley mordaza", lo que me cuelgan es de la plaza del pueblo.




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