sábado, 8 de febrero de 2014

De muerte natural...en la basura

Realmente no sé cómo empezar a escribir esto porque lo políticamente correcto se me empaña entre la tristeza, rabia e indignación ante la noticia:


Esta mañana, sobre las 8, unos operarios del vertedero de Alcalá de Guadaíra donde ya estuvieron buscando a Marta del Castillo,  han encontrado el cuerpo de un hombre de unos 50 años, sin vida, que “viajaba” en un contenedor de basura de Dos Hermanas. La noche ha sido lluviosa y fría, y seguramente entraría a refugiarse de la lluvia. Además, se “presume” que, como el cuerpo no presenta signos de violencia, falleció de muerte natural.

Claro…lo más natural del mundo es morir dentro de un contenedor de basuras, rodeado de la naturaleza residuosa que generamos los seres racionales. Yo no sé si ustedes han visto alguna vez cómo son los contenedores de Dos Hermanas y cómo se recogen nuestros desperdicios, pero no es la primera vez que oigo que los bomberos tienen que rescatar a alguien de esa trampa porque los pistones de aire comprimido lo cierran y no hay manera de abrirlo desde dentro. Es más, un camión con un solo operario-conductor es quien lo hace todo automáticamente, por lo que no oiría gritos ni golpes “fuera de lo común”.



Muerte natural, tan natural como caer de unos 3 metros entre toneladas de bolsas que te ahogan y que, en la mayoría de las ocasiones (parece ser que en ésta no), el sistema interno del camión aplasta con un mecanismo para reducir el tamaño de los residuos.

Pero vamos un poco más allá: si en Dos Hermanas no hay población sin hogar, ¿cómo pueden ocurrir este tipo de cosas? Analicemos brevemente la situación: los Servicios Sociales comunitarios tienen cuatro servicios básicos: COSO, CORE, SIVO y SAD. Esta ciudad, como población mayor de 20.000 habitantes, dispone de los 4, y la encargada de la situación de las personas sin hogar debe ser el CORE (Cooperación para la Reinserción, aunque yo prefiero llamarla “Integración”).

En Dos Hermanas, con una población de 130.000 personas,  hay un solo albergue “de transeúntes”, que cada persona puede utilizar sólo UNA VEZ AL AÑO. Ni qué decir que las instalaciones no disponen de más de 10 camas, un cuarto de baño con ducha, y ningún profesional de lo social que atienda las necesidades que puedan surgir. ¿Sabes dónde está ese albergue? Búscalo en Google, será imposible que lo encuentres como tal. Está en medio de un parque (El Palmarillo), en un caserón del siglo XIX, con paredes de adobe donde el frío cala hasta lo más hondo. Y no, no está abierto; el “transeúnte” tiene que buscarse las mañas para encontrar a un policía municipal, comunicarle su intención de dormir esa noche, y entonces un guardia de seguridad velará por la seguridad de los privilegiados que allí duerman ESA noche. Por la mañana, un vasito de leche con tres galletas, y ni la presencia de una trabajadora social, educadora, integradora…Nada.

¿Cuántas veces se ha pedido la instalación de un albergue con más capacidad, con mejores condiciones y con una atención social real? He perdido la cuenta. ¿La respuesta del consistorio? “Es que Dos Hermanas no tiene población sin hogar”. Claro, las personas se meten en un contenedor por “aventureros”, como los jóvenes que emigran a buscar trabajo. Y que personas censadas en Dos Hermanas hagan diariamente cola en los albergues de Sevilla capital tampoco es un dato relevante eh (hecho contrastado con trabajadoras/es de esos servicios).

Pues oigan, tenemos que llegar al fondo del asunto. Ya pasó algo parecido con un “gorrilla” muerto de hipotermia que vivía junto a otras 25 personas en “un lugar que me voy a abstener de decir por seguridad para ellos”, y no pasó nada. Me recorrí todos los registros para pedir su certificado de defunción y nadie sabía nada. Por cierto, se llamaba José Sumariba, el “willy” o “el Salnúcar”, pero se le enterraría como un sin nombre. De ésta nueva muerte todavía no sabemos nada, pero no podemos dejar que también caiga en sacos rotos.


Ya está bien, ¿vale? ¡Ya está bien! Que somos la ciudad con los jardines más bonitos de la provincia pero escondemos los rastrojos debajo del césped de plástico. Y eso lo hacía Gil en Marbella, no lo olviden… 

"Dos Hermanas, una ciudad para vivir"

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