Cada final de mes nos bombardean con un baile de cifras sobre
la tasa de paro, en la que el gobierno central mantiene que hay menos gente
desempleada y más afiliaciones a la seguridad social. Es curioso porque ya no
sólo en la percepción social del tema, sino también en el día a día de la
persona desempleada, esto no concuerda.
Sindicatos, movimientos sociales y
algunos partidos de la oposición dicen que este fenómeno lo causa la emigración
masiva de jóvenes, el retorno de inmigrantes hacia sus países de origen, y los
contratos de temporada junto a los “basura”. Parece que el problema del paro y
la precariedad laboral son sólo causados por las políticas de éste gobierno
ultraliberal, pero hoy quería contarles un caso muy cercano del que somos víctimas 76 de 110 becarios/as:
La universidad de Sevilla, todos los
años, hace un estudio de la calidad de docencia de su profesorado, y para ello
contrata los servicios del Centro Andaluz de Prospectiva. La recogida de datos
se hace mediante una encuesta que se pasa clase por clase a todo el alumnado
(unos 63.000). Para ello no contratan a nadie, sino que el Vicerrectorado de
Profesorado convoca unas “becas de formación” para hacer ese trabajo, a 25
horas semanales, durante cuatro meses del curso. Por supuesto, estamos dados de
alta en la seguridad social pero en régimen de becario, es decir, no es
cotización, no nos sirve para prestaciones por desempleo ni para acumular
pensión.
Pues bien, a lo que llaman “beca de
formación”, yo le llamo “empleo encubierto para no pagar un salario mínimo”.
Les explico cuál es nuestra función: llegamos a un aula, interrumpimos al
profesorado que normalmente se enfada por cortarles la clase, pero ese es el
protocolo que nos indican; pasamos una o varias encuestas al alumnado, y salimos
pitando para otra aula, ya que podemos tener que pasar por unas 15 clases en 5
horas. ¿Dónde está aquí la formación? ¿Después de estudiar dos carreras y un
máster, tengo que “autoaprender” a repartir encuestas, recogerlas y meterlas en
un sobre?
Y si hablamos de cobrar…mal tema.
Según la convocatoria, cobramos a final de cada período (en mi caso, el 16 de
enero y el 25 de abril). Estamos casi a mitad de marzo, y por dos meses
trabajados, todavía no nos han abonado los 300€. Pero no 300€ cada mes eh, sino
los dos meses. Te quejas primero al vicerrector, después a la defensora
universitaria, terminas con el rector…y nadie te ha pagado; es más, como no es
un contrato, no sirve de nada quejarte y te responden con un “no sabemos cuándo
se paga”…Pero tú sigues teniendo que pagarte el desplazamiento a la universidad
para pasar esas encuestas, y si no, te revocan la beca por dejación de
funciones y lo pierdes todo.
Resumiendo, que estamos dados de alta
en la seguridad social, así que constamos como “empleados”; que eso no nos
sirve de nada porque no es cotización; que no estamos cobrando, y que hacemos
un trabajo encubierto en “actividad de formación” que podría pasar por
intrusismo laboral hacia los estadísticos. Y encima ninguneados y sin ningún derecho.
Todo esto lo permite la universidad de Sevilla, una de las más prestigiosas de
nuestro país; una institución que presume de dar ejemplo. Y todo esto lo cuento
después de dos meses de batalla sin ver un céntimo.
Así claro que baja el paro; así claro que baja.
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