Hoy voy a escribir una entrada corta pero creo que intensa. El otro día vi una imagen de una atracción de feria que me dejó un poco... no sé cómo explicarlo... ¿pillado?
Lo primero que se puede pensar es "perfecto, bien por los dueños de la atracción, que han pensado en que las personas con movilidad reducida también tienen derecho a disfrutar de la feria". Por supuesto, faltara más que no aplaudiese la eliminación de barreras (aunque esto es más bien una adaptación o un "salvado" de barreras). El problema viene cuando quitando la barrera arquitectónica estás poniendo una barrera sociocultural: ¿por qué gratis? ¿Es que por tener discapacidad no tienes dinero, o mereces no pagar aunque tengas dinero?
El problema creo que está en la mentalidad paternalista-proteccionista que todavía subyace en nuestra sociedad; en el modelo médico-rehabilitador de tratar la discapacidad como una enfermedad y como "pobrecitos dignos de lástima". No, el no pagar no integra, más bien excluye, al igual que muchos otros "beneficios" que no son necesarios bajo mi punto de vista pero se conceden de manera graciable.
Las mayores maneras barreras son las mentales.
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