Sí, ya sé que después de año y medio sin escribir nada en el blog no es de recibo que empiece con un título tan "trabaléngüico" (palabro que me acabo de inventar) y con un tema tan espinoso... O quizás sí.
No estoy muy puesto en lo que a industria cinematográfica se refiere. No sé distinguir entre el festival de cine de Cannes o como se escriba, otro festival que al parecer se celebra en Málaga, o los Goya, que incluso siendo sevillano, hasta hace dos o tres días no me enteré de que la gala sería aquí. Y precisamente este festival o como quiera que se le llame en el mundillo del cine, es lo que me trae "de vuelta" al mundo polémico de desatar ataduras... o hacer un nudo más grande (un nudo gordiano tal vez, que desde que escuché la expresión, me gusta).
Resulta que veo infinidad de publicaciones en todas las redes sociales por las que me muevo, en las que se linka el vídeo de Jesús Vidal, ganador del goya a mejor actor por su participación en "Campeones", donde se repiten sus tres consignas: inclusión, diversidad y visibilidad. Y aquí es donde quería llegar con el título de la entrada: tanto este actor como el premio a la película en sí, ¿han sido galardonados por sus verdaderos méritos, capacidades y habilidades artísticas, o por tener discapacidad?
El día que fui a ver la película con mi pareja, casualmente había delante nuestra en la cola un grupito de personas con discapacidad intelectual, seguramente de un programa de ocio inclusivo. Ambos hemos estudiado Trabajo Social, aunque ni ella ni yo ejerzamos (por cuestiones del mercado laboral), pero quieras que no, la deformación profesional nos hizo pensar: "uf, a ver cómo se comportan... pero no ellos, sino los demás". Uno de mis temores era que la gente se riese de ellos, no "con" ellos, y yo mismo estaba cayendo en el prejuicio del paternalismo. Afortunadamente, exceptuando dos o tres comentarios que bien se los podrían haber tragado, todo transcurrió con "normalidad".
Ya que el "modo tesis" no me lo puedo quitar nunca de la cabeza (quizás porque mi estudio se centre en lo audiovisual), después de ver la película se me ocurrió hacer un cuestionario relacionado con la percepción que las personas con discapacidad piensan que la sociedad tiene de ell@s. Como son datos para la tesis y hasta dentro de un año aproximadamente no saldrán a la luz, puedo adelantar que una mayoría aplastante piensa que todavía se les trata como a niños ("los chicos y las chicas de mi centro", aunque tengan 40 años), hay lastimismo en el trato interpersonal, o incluso se les trata como a superhéroes cuando hacen algo "normalizado".
Por eso, después de ver los datos que arroja la encuesta (de una muestra de 120 personas, de distintas edades, géneros, discapacidades y niveles académicos), me cuesta creer que el goya sea "sincero" y no esté guiado por el lastimismo o superheroísmo. Quizás sólo me pueda dar por satisfecho cuando esas cientos de miles de personas que se hacen eco de las palabras de Vidal traten la discapacidad como una condición más de la persona, no como una enfermedad, una minusvalía, o una causa de lástima. O también cuando se les hable como a personas adultas (por supuesto, adaptando el lenguaje en el caso de las discapacidades intelectuales y sensoriales) y se les permita decidir; cuando a las mujeres con discapacidad no se las esterilice sin su consentimiento y "por su bien"; cuando no aparques en una plaza reservada para personas con movilidad reducida porque "sólo vas a estar una chispita" (lástima que no encuentre ese vídeo de Prode Pozoblanco, que era bastante ilustrativo)...
Mientras no vea eso en la vida real, todo me parecerá una ficción... todo me parecerá eso, una película.
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