miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pomposidad laica

Normalmente la iglesia suele ser criticada, desde los "sectores socialistas", por su parafernalia, rituales, enseñanzas, etc.

Hoy, en mi querida y progre universidad Pablo de Olavide, ha tenido lugar una especie de "procesión terminada en misa" laica. La mayoría de los asistentes, para quienes ya conocen el percaz de lo que se mueve allí, socialdemócratas (que se llaman socialistas, no se porqué). Desde el edificio 2 al Paraninfo, una alfombra roja, y por ella desfilando en silencio cofrado una procesión abierta por un hombre vestido con batón negro, y toga y birrete rojo, más recto que una vela. Seguidamente, tres jovenzuelos con guantes blancos portando dos libros y un bastón, y tras ellos, los silenciosos doctores con sus togas y birretes del color de su facultad. Al final, el ilustrísimo señor rector y su primera dama con el báculo que a su cargo le pertenece. Ah, se me olvidaba...nuestro querido alcalde Toscano también andaba por allí, al igual que el pepero Zoido.

Todo esto termina con un solemne acto donde cada persona elegida hablará ante todos y conseguirá más prestigio entre los asistentes y las cámaras de Canal Sur (evidente también la cadena, ¿no?)

Y ahora digo, ¿qué diferencia hay entre la laicidad que el SOE propone y estas procesiones laicas? Es todo igual que en Semana Santa: una procesió de gente disfrazada y muy recta, que no sabe ni porqué van así vestido, pero se sienten mejor si los ven desfilar; y al final del acto, un catering (la comunión) pagado con el "donativo obligado" que todos los estudiantes aportamos con nuestras matrículas (no menos de 690 euros al año poe matrícula).

Eso si, por ser la apertura oficial, toda la universidad en servicios mínimos...con dos personas en cada oficina...menos los que trabajamos en la "economía sumergida" (como becarios), que tenemos que atender entre 8 personas, a 350, en un aula de 12 ordenadores. Para nosotros no existen los servicios mínimos; somos los monaguillos que trabajan como locos mientras nuestros obispos se jactan de sus méritos y se llenan la panza.

Ya sé que alomejor tiene poco sentido la publicación...pero desahogarme...vaya si me he desahogado...

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