sábado, 31 de octubre de 2009

Mary Richmond, la olvidada

Nació en Belleville (Illinois, EEUU) en 1861, y fue la primera persona que formuló los principios básicos del trabajo social. Estudió en la universidad de Chicago, en la misma escuela que el mismo Obama estudiaría siglo y medio después (porque, para quien no lo sepa, los primeros estudios del presidente estadounidense fueron la licenciatura en trabajo social, cosa desconocida por mucha gente).

En 1917 escribe un libro llamado "Diagnóstico social" (no traducido al castellano hasta 2005), donde da detalla pautas necesarias para diagnosticar los problemas sociales y tratarlos debidamente. Y aunque parezca mentira, sus enseñanzas están totalmente vigentes...e incluso me arevería a decir que era una especie de profeta, porque baticinó lo que pasaría si los servicios sociales se burocratizaran...y describió la situación actual que se vive en los ayuntamientos: trabajadoras sociales que se dedican al papeleo, y el trabajo social con casos lo tienen olvidado, ya sea por un exceso de usuarios...o por comodidad.

Otra de las cosas que más me sorprendió es que participó en la creación de una organización feminista sufragista que posteriormente apoyarían a la República en la Guerra Civil española (Mary no pudo, murió en 1928).

Hoy en día muchos la tachan de funcionalista...y creo que, o no entendieron bien su obra, o prefieren servicios burocratizados, porque tanto en "Diagnístico Social" como en "El caso social individual" habla de las transformaciones que deben darse en la sociedad para que el trabajo social sea efectivo. Hoy en día, en la mayoría de servicios sociales, los "profesionales" se dedican a poner parches a los problemas y estigmatizar a los usuarios, culpándolos de sus problemas e intentándolos "normalizar".

¿Alguien de a pie la conoce? En fin, es lo que suele pasar...que una persona que habla de reformas sociales y cambiar la sociedad, o no es apoyada o se le cierra la boca con otros medios. Yo supongo que a Mary Richmond la presionarían los lobbies de aquella época, pero gracias a sus obras, los que la estudiamos podemos cuestionarnos cosas que muchos profesionales sociales ya olvidaron por conveniencia.

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