viernes, 27 de marzo de 2015

Mi ruta hacia el Dorado

A lo mejor el título te va a parecer un poco cursi si lo relacionas con lo que voy a contar a continuación, pero bueno, si me conoces, sabrás que mi sentido del ridículo disminuye con los años, y si no me conoces, pues ya lo sabes para las próximas veces, jajaja.


Estas semanas atrás he estado un poco fuera de Andalucía; casualmente la más convulsa. Pero a ver, yo tenía hechos mis planes antes de que se adelantasen las elecciones. 

Mi ruta comienza el pasado 17 de marzo sobre las 2 de la tarde. Tenía que salir pasa Salamanca las IX Jornadas Científicas Internacionales de Investigación sobre Discapacidad para las que llevaba ahorrando casi un año. Como soy tan aventurero (no es que me perdiese ehh), a la hora prevista de llegada a Salamanca, acabé en Portugal, y me enteré porque los carteles y la señalización de la autovía se leían un poco extrañas. Así que vuelta 100km más y, ¡por fin, Castilla y León!

Por allí estuve tres días en los que presenté mi póster científico, mi artículo, y conocí muchas y variadas experiencias de investigación.

Con gafas y gráficos uno parece hasta intelectual

Pero no todo fue congreso (aunque sí la mayoría del tiempo); también tuve tiempo de reencontrarme con Azahara, una compi de trabajo social por la que parecen no haber pasado los años. Y estuvimos de turisteo y cervecitas. Salamanca me enamoró.

Con Azahara en la catedral de Salamanca

Casa de las Conchas de Salamanca

Plaza Mayor de Salamanca

La tarde del viernes 20, como otra actividad más que no estaba todavía planificada cuando me inscribí en el congreso, cogí camino a Getafe para incorporarme a la Columna Andalucía de las Marchas de la Dignidad...pero claro, pasar por Avila y no pararse sería un delito, así que me desvié un poquito y estuve deambulando un poco por las murallas, que me impresionaron bastante (aparte tenía muchas ganas de verlas, y aparte, es la ruta del románico, que lo había estudiado pero nunca visto "in situ").

Un yo con Avila detrás

Iglesia románica de Avila

Murallas de Avila

Total, que ahora sí que sí, cogí carretera secundaria (peajes caros por autopista, y mi presupuesto iba ajustado), y después de carreteras de sierra, mucha lluvia, y que el móvil se me apagase en medio de la M-40 sin posibilidad de cargarlo y no tener ni idea de cómo llegar a Getafe, mi GPS interno hizo que diese con el polideportivo donde dormiría esa noche, con Isa, Dani y Eloy (bueno, y 200 personas más).

Una parte del polideportivo M4 de Getafe

Peeero antes de dormir, también de casualidad, me dio por preguntarle a Sandra, otra compi de trabajo social a la que sólo conocía por facebook y que teníamos muchas ganas de vernos en persona, que de qué pueblo de Madrid era exactamente...¿y de dónde era? ¡Pues de Getafe! Así que no podíamos dejar pasar la oportunidad de conocernos "en verdá".

Encuentro con Sandra en Getafe

Después de una noche con mucho frío y dormir poco (porque el suelo no le agrada a nadie), levantamos el campamento y nos encontramos con nuestra gente para empezar la marcha hacia Madrid...unos 14 kilometritos de nada, a pie.

La columna de 8 (+2) antes de la Marcha del 21M en la Casa de Andalucía de Getafe

Casi entrando en Madrid

Después de la marcha, cogí el cercanías hasta Getafe para recoger mi coche (sí, no lo había dicho antes, pero toda la ruta la he hecho en coche), y tiré para Toledo, a casa de Miri y Roger, a los que no veía desde hacía lo menos 3 años. Con Miri tengo una amistad de muuuuchos años, pero la distancia es grandecita; menos mal que tenemos las redes sociales y así parece que vivimos cerquita. Pues allí estuve medio sábado y todo el domingo, re-re-re viendo una de las ciudades que más me embrujan.

Toledo de noche

Callejoncito donde no cabía el paraguas

El Pozo Amargo (Esta foto tiene su explicación. Ya os la contaré)

Bien, pues lo lógico hubiese sido que después de Toledo, hubiese tirado para Dos Hermanas de nuevo, ¿verdad? Pues nada, como un gráfico en alza, tiré de nuevo hacia el norte, camino a Pamplona. De nuevo me metí por carreteras nacionales cuando había peajes, lo que me hizo descubrir pueblecitos pequeños con mucho encanto, y algo que me encanta porque sólo la he visto dos veces en mi vida, y una de ellas ha sido esta semana: ¡nieve! Iba por el camino como un niño chico; me miraba por el retrovisor y no se me borraba la sonrisa de la cara.

No recuerdo el nombre del pueblo, pero era en Soria

Autovía del Norte


Al final llegué dos horas más tarde de lo previsto a Pamplona por pararme a jugar con la nieve (sí, literalmente), y allí me esperaban Pepis y Fernando, que aunque son de Granada, viven allí por cuestiones de trabajo. A Pepis la conozco de hace pocos años pero ya parece que sea de toda la vida, aunque también nos veamos bastante poquito. Frío...una jartá, y más sin estar acostumbrado, pero el norte está claro que es otro mundo digno de ver.

Monumento a los Sanfermines (y yo antitaurino eh, pero es "lo típico" de allí)

Me encantó este balcón de Pamplona

Rectorado de la UNA

Con "la Pepis" bebiendo Judas

Y el miércoles me llevaron a Donosti, ya que el País Vasco está relativamente cerca de Navarra. Eso sí que es una ciudad para vivir (pero con un poquito más de sol, porfavóh).

Playa de la Concha 

Ayuntamiento de San Sebastián

Desde un parque de atracciones abandonado encima de un monte

La misma que antes pero con un yo enmedio y más nubes

Catedral de Donosti


Y como todo lo que empieza tiene su final, ayer jueves me hice la liviana ruta de 903 kilómetros en 9 horas de coche. Y podréis decir "anda, sin trabajo y pegándose la buena vida". Pues la verdad es que no he gastado ni 300€ en todos estos días, que era mi presupuesto máximo y, como dije al principio, llevaba casi un año ahorrando. En realidad sólo había ahorrado para las jornadas de Salamanca, pero lo demás fue surgiendo, y oye, no hay que desaprovechar nada. Si hubiese tenido más tiempo y dinero, me hubiese gustado haber seguido unos días más de ruta y visitar a Ester en Tarragona, y a Tania en Galicia, pero bueno, me quedo con este resumen:

En 10 días he estado en 8 comunidades autónomas: Andalucía, Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid, La Rioja, Navarra y País Vasco. De todas esas, en 17 provincias que no voy a nombrar xD, y cómo no, en dos países, porque aquellos 20 minutos en Portugal habrá que contarlos, jajaja.


Lo más importante: las amistades que me han acogido y con quienes he compartido, de nuevo, muy buenos momentos. De ahí la cursilería del título quizás, ¿no? Que quien tiene un amigo, tiene un tesoro, y yo emprendí la ruta hacia el dorado de la que vuelvo recargado de riquezas.

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