viernes, 26 de junio de 2015

Cuando la caridad se impone a la ciencia

Todavía recuerdo cuando, en 1º de trabajo social, allá por el año 2007, nos mandaron leer un artículo sacado de la tesis doctoral de Miguel Miranda Aranda. El título ya de por sí llamaba la atención: "De la caridad a la ciencia"; de cómo la caridad y la filantropía se convirtieron en disciplinas científicas para dejar de paternalizar y eternizar en los recursos a las personas con alguna dificultad social.

También recuerdo aquello de la "reconceptualización del trabajo social", donde pasamos de ser asistentas/es sociales a trabajadoras/es sociales. Y me echo las manos a la cabeza. Con esto de la crisis todo el mundo quiere ser solidario; crecen los festivales para recoger alimentos, crecen las asociaciones para repartir alimentos, crecen los comedores sociales y lo mas preocupante: crecen los decretos/ordenanzas que sustentan estas prácticas. ¿Qué pasa, que soy un descorazonado y no entiendo que primero hay que suplir las necesidades básicas como son el alimento y el vestido? Por supuesto que no, faltara más, pero toda acción social tiene que ir precedida (o paralela) a una intervención social profesional, con profesionales del ámbito psicosocial que evalúen las situaciones y procesos sociales de cada persona/familia y les acompañen en su re-inclusión.

Nos quejábamos de las declaraciones de Albert Rivera sobre que "a los andaluces hay que enseñarnos a pescar", y aunque no esté de acuerdo con él (Alá me pille confesado si lo estuviese), y siguiendo con el símil de pescadores, nos estamos dejando atrapar en las almadrabas de la beneficencia. Se abren los comedores escolares durante el verano para que los niños no pasen hambre pero...¿y los padres? ¿y los abuelos? ¿Ellos no pasan hambre? ¿Y por qué pasan hambre? A ver si tienen caña para pescar pero no tienen anzuelo, sedal, o tienen el carrete estropeado. ¿Por qué no crecen, es más, descienden los empleos en intervención social? ¿Por qué en la bolsa del SAS llaman a tantos profesionales de la enfermería pero del trabajo social casi a ninguno? ¿Y las oposiciones para educadores y trabajadores sociales? ¿Dónde están? Todas son bolsas de empleo para sustituir a quienes están despidiendo.

Muchas veces nos creemos solidarios por acciones puntuales, y están bien, pero si cronificas a una persona en un recurso social, se hará dependiente, y en vez de usar tu caña, te utilizará a ti de cebo para que le consigas los recursos. Y entonces estaríamos haciéndolo muy mal. Repito: detrás de cada acción social, una intervención social y pedagógica. Ambas son necesarias; es necesario un comedor social, pero no donde la gente coma y se vaya. Pregúntale el por qué de su situación, intenta que sea un ciudadano de pleno derecho, con su empleo garantizado, una renta garantizada, su vivienda garantizada.

La beneficencia es una trampa, porque la lucha de clases sigue existiendo, y para que haya ricos, debe haber pobres, y la pobreza se sostiene con gente hambrienta que no piense en otra cosa que en llenar su barriga. Y desgraciadamente, estamos retrocediendo tanto en la intervención social que pronto volveremos a ser "señoritas de acción católica" o "visitadoras de pobres".

Recuerda: la solidaridad es horizontal, no significa dar lo que te sobra. La caridad/beneficencia/filantropía es vertical, es percibir a la otra persona como inferior, consciente o inconscientemente.



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